de Jean Genet.
Actúan:
Victoria Almeida, Paola Barrientos, Marilú Marini
Vestuario y Escenografía: Oria Puppo
Dirección: Ciro Zorzoli
TEATRO PRESIDENTE ALVEAR
Av.Corrientes 1659
Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo
Era mi intención
original escribir acerca de LAS CRIADAS, obra que podemos disfrutar en el
Teatro Presidente Alvear, pero situaciones que me tocaron vivir durante la
función me hacen dedicarle unos párrafos iniciales a una breve radiografía de
la experiencia de ver teatro en Buenos Aires en estos tiempos.
Tema: El Teatro Versus la Gente.
Al espectador no se nos pide mucho, y se nos da
muchísimo a cambio. Se nos pide: 1) abonar la entrada, 2) sentarnos, 3)
mantener silencio durante la función, y 3) aplaudir (opcional)
¡Ay!, la gente y sus celulares. Desde hace ya un año a
esta parte, no he ido a ver una sola obra teatral –desde el teatro mas liviano
y puramente comercial hasta la obra mas clásica– sin tener que experimentar la
brutal interrupción de los ringtones durante las funciones. Leve reseña a
continuación:
-En un varieté con Antonio Gasalla, ante el sonido
insistente (si, porque le sonó, no atendió, pero tampoco lo apagó. Y LE VOLVIO
A SONAR) de su celular, Antonio interrumpió su monólogo e increpó al espectador
con, más o menos, estas palabras:
“No te hagas problemas y atendé. Probablemente hayas
dejado el celular prendido porque debés tener un familiar cercano internado en
grave estado y necesitás estar al tanto de su estado de salud. Porque obviamente
todos seguimos yendo al teatro aunque tengamos a la madre al borde de la
muerte”
-En LAS CRIADAS, con un celular que sonaba, y un
público que no dejaba de hacer ruidos con sus insufribles caramelos, la actriz Paola Barrientos
hizo uso de un recurso planteado por la puesta del director, y “utilizó” a su
personaje para acallar a la platea al grito de “LOS RUIDOS!”.
Porque no son solamente los celulares. Los caramelos y
múltiples golosinas empaquetadas inconvenientemente generan insufribles
distracciones. Va una anécdota:
-En la noche de estreno de LAS BRUJAS DE SALEM, el
actor Juan Gil Navarro, harto del sonido de papas fritas (¡) consumidas
vorazmente por una espectadora sentada en primera fila, decidió cortar por lo
sano y le quitó el paquete, arrojándolo a un costado.
-Una vez más en LAS CRIADAS me tocó ver como dos
jóvenes espectadoras, con juguetonas sonrisas que delataban la conciencia de su
picardía, ingresaban a la sala con sendas bolsas de papel marrón semiocultas.
Una vez sentadas, un glorioso, ruidoso y oloroso Combo McDonalds salió a la
luz, con sus papas fritas, hamburguesas, gaseosas correspondientes.
¿Necesitamos comer mientras miramos teatro? ¿Hablar
por teléfono? ¿Hablar entre nosotros? En mi caso, la experiencia de tener
actores de carne y hueso regalándome un viaje a otro mundo con sus palabras y
una bella escenografía no me dejan lugar para nada más. De hecho, lo
maravilloso de la experiencia teatral es el dejarlo todo atrás y dejarse
llevar. Evidentemente, muchos no pueden hacerlo, y viajan con todo su exceso de
equipaje a cuestas. Insufribles. Suficiente: a comentar la obra en cuestión:
LAS CRIADAS.
Ciro Zorzoli define la obra que actualmente dirige en
el magnífico Teatro Presidente Alvear como “un volcán de palabras”. Es ésta una
descripción mas que adecuada para la experiencia de ver este texto potente de
Jean Genet en escena, actuado magistralmente por Victoria Almeida, Paola
Barrientos y Marilú Marini. Dos criadas y su Señora.
La Señora. Marilú Marini da vida a un
ser sobrehumanamente monstruoso, una criatura compuesta de movimientos,
gruñidos y gestualidades inspiradas en monstruos que van desde vampiros,
fantasmas acechantes hasta novias de Frankenstein. Su entrada en escena quita
el aliento – sus gritos guturales hielan la sangre y causan carcajadas,
regalándonos un desopilante tour de horrores cotidianos.
Paola Barrientos y Victoria Almeida son sus criadas,
pero también son mucho más que eso. A través de los muchos giros del texto,
ellas son las criadas, las hermanas, la Señora misma. Las actrices muestran una
ductilidad absoluta a la hora en entrar y salir de las múltiples exigencias
interpretativas de sus personajes. Paola Barrientos, ya muy popular en sus
trabajos en televisión, demuestra un talento feroz a la hora de transitar
teatro clásico.
Tanto el vestuario como la escenografía, ambos de Oria
Puppo, son un placer visual. La Señora viste (y desviste) plumas, pelucas,
tapados y zapatos, a cual más glamoroso. Las actrices, a través de un
muy ingenioso juego de dirección, se encuentran “atrapadas” en la bella
escenografía, intentando escapar de la misma sin demasiado éxito. La puesta
propone así un juego meta-teatral, con personajes que cuestionan las fronteras
de la ficción y la realidad.
En este volcán de palabras, la obra fluye como lava
caliente, arrasando impiadosa con todo a su paso. Mi recomendación es verla ya
mismo – Las Criadas desafortunadamente baja de cartel el 2 de diciembre. YA!
Federico Gascón
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