LA
MARAÑA
De César Eloy y Marti Delavalle
Con Marti Delavalle, Anetta Zacarian y Verónica
Santángelo
Teatro el Tinglado
Jueves, 21 hs
Muñecas (una, automática y perfecta, la otra, rota
por dentro; la tercera, encarnando la falla), esos cuerpos moldeados según una
posición de goce, nuestro propio fantasma. ¿Qué es eso sino el amor?
Una maraña, un ovillo de lana que provoca traspiés
continuos, hilos que enredan los zapatos (literalmente) y no permiten alejarse
del círculo.
Lo no dicho aparece cada vez con el peso de un
ladrillo al cuello.
Norma entrega su cuerpo como rehén para el amor
materno, cuerpo ofrecido por entero para lograr la mirada amorosa de una madre
que, sin embargo, siempre mira para otro lado. “No sé por qué los niños de 8
años se empeñan en ser huérfanos”, se pregunta para justificarse.
Fanny, en cambio, tiene un plan: si ejecuta con
precisión ciertos mecanismos, su madre se presentificará allí, se hará real y
por fin la mirará. Toda fantasía es válida para completar ese vacío.
Diana, por otra parte, sabe perdida esa mirada y
no logra armar una respuesta de por qué le ha ocurrido todo eso a ella: el
abandono, el abuso, la pérdida. Sólo el recuerdo de algún gesto de cariño
maternal la sostuvo (hasta ahora). “¿Quién sos?”, pregunta una y otra vez con
su rostro difuso como una mancha, a
aquella que puede ser cualquier cosa: su hija, la salvación, la precipitación
del desastre.
Tres mujeres sin tiempo, detenidas en sus propios
laberintos de dolor, entretejen sus historias armando nudos.
Norma, Fany, Diana: tres caras posibles del
estrago materno, que un día (porque siempre hay un día) intentan responderse
sobre el desamor.
Karina Elalle
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