De William
Shakespeare
Traducción
Daniel Zamorano
Versión y Dirección Javier Daulte
Sala Martín Coronado
Teatro San Martín
Avda. Corrientes 1530
Ir a ver una obra de teatro
siempre me genera un cosquilleo, una emoción, una expectativa. Y más si se
trata de un clásico como Macbeth, de William Shakespeare, y más aún si la
dirige Javier Daulte en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín. En fin,
una “gran puesta” siempre genera grandes expectativas. Qué más se puede
pedir. Así que fui, pura expectativa. El resto era tan solo disfrutar.
Y… sinceramente se me generó lo
que podría llamar un “estado de partición” tremendo: por un lado, el lenguaje
escenográfico con puesta de luces y sonidos. Por otro lado, la dirección
actoral.
La puesta en escena desde
vestuario, luces, sonido, uso de tecnología y escenografía decían de un Macbeth
contado en la actualidad. El director claramente realiza una dirección
escenográfica que cuenta, que narra todo el tiempo.
Sin embargo, las actuaciones
fueron pobres y poco creíbles, salvo la del actor Agustín Ritano que estuvo
brillante en el personaje de Bacom.
Esta total disociación hace
que el espectador también disocie y elija escuchar o ver, esa es la cuestión...
Si la va a ver la pasará bien. Si
escucha los textos dichos en los actores elegidos, se llevará una notable
desilusión. Si va a ver al actor Agustín Ritano, será testigo de una gran
consagración. A lo mejor, el secreto está en dominar un poco nuestras
expectativas previas.
Roberta Di Pietro
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