martes, 24 de septiembre de 2013

LA OBRA DE TEATRO DE LA SEMANA: "AMOR DE MIS AMORES de Cristóbal Jodorowsky", por Carina Kosel

AMOR 
DE MIS 
AMORES

de Cristóbal Jodorowsky

Teatro SHA, Sarmiento 2255
Domingos, 20:30
Platea Net / 2 x 1 Club La Nación

Es difícil hablar de algo nuevo, de algo que uno nunca vio antes. ¿Con qué lo comparamos? Es como…, ¿qué? 
AMOR DE MIS AMORES es una obra de arte, una pieza teatral que habla un lenguaje diferente al que estamos acostumbrados. Tiene clown, circo, danza. Tiene stand-up y  sketches. Tiene profundos monólogos llenos de emoción y calidad actoral.
Las escenas o cuadros son como retazos de vida (la vida que se ve, que se explicita; y la que palpita, gime y se retuerce en nuestro interior). Los actores… Ay, los actores. Pobres almas arrojadas a los leones de las emociones: abiertos de par en par. Una estética con cierto barroquismo latinoamericano, fresca, alejada de nuestra oscuridad tanguera y melancólica pero a su vez muy nuestra también. Nosotros como latinoamericanos no podemos dejar de identificarnos en esos colores, esa gestualidad, en las pasiones desbordantes y en los boleros omnipresentes.
Alegría, dolor, demencia, entusiasmo, traición, sumisión, conmiseración, sadismo, ingenuidad, bronca, tristeza y mucho, pero mucho, mucho HUMOR. Esa es mi visión de la obra, aunque les dejo unos links para que la sigan conociendo. En uno pueden escuchar a Marti Delavalle, una de las actrices argentinas que participó de la producción y actúa en la obra. En otro, el propio actor/director, C. Jodorowksy, explica su concepto de la vida y el arte y su puesta en juego en AMOR DE MIS AMORES.
No hace falta ser un experto en psicomagia, psicochamanismo, ni estar al tanto ni ser un adepto/seguidor de estos conceptos jodorowskyanos para poder apreciar la obra. Uno bien puede ir despojado de cualquier pre-concepto, dispuesto a disfrutar de una original puesta en escena y salir muy satisfecho y con la mente y el alma en suave conmoción.
Queda una última función en Buenos Aires el domingo 28. No digan que no les avisamos.


Carina Kosel

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