Y lo vieron en las calles de este
pueblo
huyendo y chapaleando el barro de sus
broncas.
Y los soles azotaron su cara
mientras los vientos azotaban su alma.
Los chajaes le graznaron en lagunas,
y los teros lo llamaron en la loma.
Las lechuzas, a su paso le chistaron,
y los perros, vagabundos, vigilaron su
hambruna,
mientras grillos musiqueros le anunciaban
las estrellas, que de techo le servían
con la luna.
Raúl Lambert,
"Juan Moreira. Del crimen al
mito".
1 comentario:
Qué lindo ese poema...!!!
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