Tengo la fortuna de estar en este momento en el Reino de España y oír, por mí mismo, todo lo que los españoles tienen que decir respecto de la expropiación de YPF a Repsol.
Estaba en el País Vasco cuando salieron las primeras noticias, y me dijeron: ¡al fin le quitaron el petróleo a esos gillipollas hijos de puta!
Luego viajé a Cataluña y repitieron: ¡al fin le quitaron el petróleo a esos gillipollas hijos de puta!
Pasé por Galicia y coincidieron: ¡al fin le quitaron el petróleo a esos gillipollas hijos de puta!
En Valencia parecían gritar al unísono con las demás regiones: ¡al fin le quitaron el petróleo a esos gillipollas hijos de puta!
¡Caramba!, exclamé, y me pregunté: ¿Qué pensarán los madrileños de esto? Entonces partí raudamente hacia la Puerta del Sol, ansioso por conocer lo que tienen que decir los ciudadanos de Madrid. Y aquí estoy oyendo lo mismo: ¡al fin le quitaron el petróleo a esos gillipollas hijos de puta!
El capitalismo no tiene nacionalidad ni pueblo (que lo defienda)
Jack Tex Tousseau,
filósofo extemporáneo
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