Gracias a la globalización de las comunicaciones ya casi nadie desconoce que el señor Eliseo Campos es un mujeriego. Su fama es tan grande que en cualquier lugar del mundo solo basta decir Argentina para que a uno le respondan con entusiasmo: ¡Eliseo Campos! Sin embargo, la inmensa corte de concubinas y amantes lo mantienen aislado del exterior como a un emperador chino en la ciudad prohibida y su verdadera existencia hasta el momento se mantiene como un enigma.
Además de las tantas páginas web, blogs, chats, revistas digitales, etcétera, dedicadas a Eliseo Campos en Internet, es recomendable acudir al “Google Earth” para obtener una idea cabal de la dimensión de su aislamiento. De esa manera, cualquier cibernauta puede ubicar las coordenadas en el mapa de la ciudad de Buenos Aires que contiene ese programa y comprobar que la residencia del famoso mujeriego es el centro de quinientas manzanas de casas que habitan sus amantes, las cuales están identificadas con un pin de color rosa flúo. Actualmente se estima que el área está habitada por ciento dieciséis mil novecientos cincuenta y nueve mujeres de distintas edades y nacionalidades quienes, atraídas por el fenomenal poder de seducción de este hombre extraordinario, hacen impensable la posibilidad de que Eliseo Campos atraviese tamaña muralla. Otros interesantes datos recogidos en la última encuesta telefónica realizada entre doscientas cincuenta amantes, nos informan que cuatro de cada diez mujeres del segundo anillo del área tuvieron sexo con Eliseo Campos al menos una vez y que solamente el cinco por ciento ha logrado convivir con él más de una semana.
Los medios de comunicación de todo el planeta estuvieron obsesionados con la idea de llegar a tener una entrevista con el desenfrenado amante, pero todos los intentos fueron vanos. Treinta y tres satélites acribillaron a fotografías cada punto del lugar, helicópteros sobrevolaron permanentemente el área y hasta llegó a filmarse un “reality show” en el que cada participante, hombres y mujeres, asumían el desafío de llegar hasta el mismísimo lecho eliseano, el cual se mantuvo inexpugnable hasta que Luciano Samos, un travesti más conocido por sus alborotos televisivos que por sus talentos, cualesquiera que pudieran ser estos, logró tener una entrevista de cinco minutos con quien dijo ser La Gracia del Infierno.
A pesar que nada se supo de él desde que atravesó el límite hacia el octavo círculo, hay difundidas versiones apócrifas de sus experiencias, las cuales aseguran que llegó a ver a Eliseo Campos solo después de haber sido sometido a vejámenes que terminaron en la amputación de sus extremidades, incluyendo su pene, y al injerto de plumas de ganso en toda su espalda. Otros relatos dieron cuenta de diferentes orgías sexuales masivas que muestran actos de mutilaciones entre las amantes y demás sucesos que bien podrían inspirar a un cineasta fanático de Tinto Bras y Ed Wood.
En los últimos días otros escándalos se acaban de apoderar del interés del público televisivo y ya no hay medio de comunicación que quiera proseguir con la investigación. Mientras tanto los secretos del mujeriego siguen sin develarse.
Nelson Pascutto
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