El escudo que eligieron los hinchas para el aniversario |
Se viene el 110 aniversario del primer
grande, Racing Club de Avellaneda. Y, de aquí en más, ¿alguien tiene algo que decir? intentará recordar algunas de las
tantas peculiaridades, hazañas e historias del club que le dio todo, y antes
que nadie, a la Argentina fulbolera.
En el fútbol de hoy la viveza ventajera
es aplaudida y valorada. Hacer un gol con la mano, tirarse para simular un
penal o hacer expulsar a un contrario sin causa, es lo que se espera de un “buen
jugador”. Sin embargo, la ausencia del honor, honestidad y caballerosidad en el
juego es algo que se extraña y añora.
Un ejemplo de esto último es el técnico
de hockey femenino Sergio “Cachito” Vigil. Todos recuerdan cuando pidió convalidar
un gol en contra de su equipo, Las Leonas. El equipo Alemán había convertido pero
el arbitro no había visto el gol porque la pelota entró y salió por un agujero
de la red; y, como consecuencia, ganaron las alemanas.
Cachito ahora es un bicho raro del
deporte, pero también un ejemplo a seguir. Todo el mundo lo respeta y lo
referencia como modelo de deportista que defiende el verdadero sentido del
juego.
Pero la Academia se formó, y formó a
los demás, en estos valores desde los inicios, por medio del ejemplo de sus líderes
y futbolistas.
Allá por la década de 1910, Alberto
Ohaco era el capitán del Racing que ganó 7 campeonatos. Tal vez el único jugador
completo de la historia del deporte. Jugó y sobresalió en todos los puestos,
inclusive de arquero. Eran tiempos en que ser capitán era algo serio y significaba
una gran responsabilidad.
Cuentan que una vez un compañero
reclamó un fallo del juez. Ohaco lo reprendió en el vestuario con estas
palabras: “Amigo, usted tiene la suerte de vestir una casaca gloriosa y debe
cuidar muchísimo esta gloria. Lo que usted ha hecho nos humilla a todos y
desprestigia a Racing. De manera que le sugiero que recuerde amiguito que el referí
no se equivoca nunca”.
En otra ocasión, jugando contra
Estudiantil Porteño, Ohaco hizo un gol con la mano. Todos gritaban
el gol mientras el árbitro lo validaba señalando el centro del campo de juego.
Pero el capitán académico corrió hasta el juez, le dijo que había sido con la
mano, que no valía, y se disculpó.
Tal actitud de respeto y amor al deporte
se cree que no existió nunca. Todos se asombran al ver lo que hizo Vigil y es
común oír decir que tipos así no existen y no existieron nunca. No es así. Hubo
deportistas como Ohaco que ayudaron, con su personalidad, honradez y genio, a
darle al país al primer grande del fútbol gracias a su ejemplo.
Es cierto, Racing es la Academia
porque fue el primer fútbol criollo, el primer grande; pero también porque se
hizo y forjó con honor y caballerosidad.
Así recordamos a Alberto Ohaco, orgullo
y gloria de todo el fútbol argentino. Porque Racing es el fútbol argentino.
SC
2 comentarios:
UN ABRAZO SERGIO,AGUANTE LA GLORIOSA ACADEMIA,LA MAS GRANDE,LA CONTINUADORA DEL PIONERO ALUMNI, EL PRIMER GRANDE. COMO RASINGUISTA DE ANTAÑO (LO DIGO POR LOS AÑOS QUE TENGO) TE ENVIO ESTA DATA, SABIAS QUE EN EL AÑO 1913, LA AFA LE PIDIO PERMISO A RACING PARA USAR LA CELESTE Y BLANCA CON BASTONES,JA,QUE ME CONTAS, TE SALUDO CORDIALMENTE,
RICARDO
Sabía..., y también, según me comentaron, hay una placa en la AFA recordando eso. Si te parece, ya iniciamos la investigación y publicamos los resultados. Abrazo y ¡VAMOS LA ACADEMIA!
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