Y agolpáronse las multitudes a la salida del Templo, donde habitualmente rezaba el Venado Tuerto Elisa Carrió. Cuando la susodicha hubo traspuesto el umbral del santo lugar, desde adentro hacia afuera, una muchedumbre aguardaba su presencia, esperando ser dignos de la claridad de su palabra. De entre ellos se adelantó un joven de la tribu de los Macaluse, de corazón puro y simpatizante de Racing Club, quien tomando la palabra en representación de todos, dijo:
Lilita, háblanos del peronista honesto. Lilita hizo un gesto a los peregrinos que cesaron en sus murmuraciones y le obsequiaron un silencio generoso. Y así dijo: Esta es la obra del Creador, que todo lo puede, que todo lo ve, que todo lo sabe y lo que no, lo sospecha. Que hizo el sol, la tierra, los hombres, los animales. Todo a su imagen y semejanza, todo en la proporción correcta. La Divina Proporción. Un dia se levantó, miró hacia arriba y pensó que en el aire faltaba algo... y creó al gorrión. Al tiempo los gorriones se habían multiplicado de tal manera que al creador le era imposible distinguir a los originarios, entonces pensó: crearé un gorrión blanco, que será la excepción y al que todos reconocerán como el diferente, el extraño, el único. Por cada millón de gorriones marrones habrá uno blanco, el gorrión albino, que glorificará toda mi Obra. La misma lógica, los mismos argumentos, la misma proporción utilizó para crear al peronista honesto, la excepción a la regla, uno en un millón. Al que debemos buscar y seguir, como lo expresa claramente la parábola de la pocilga del Santo Profeto Tousseau, que ahora relataré. Hallábase en viaje el Gran Hombre cuando una de las ruedas de su carromato se atascó en el barro del camino. Descendió Tousseau del vehículo y pronunció la Oración del Sendero: "Maldito "Tuerca" Obón, por que carajo te habrán nombrado Director de Caminos si no sabes una mierda?. Hombre incorrecto al lugar equivocado. Hubieran puesto a Branger. Amén". Dicho esto, levantó su mirada hacia las copas de los árboles por un largo período de tiempo hasta que uno de sus acompañantes se acercó y le dijo: Maestro: buscas acaso una ayuda divina?. No, contestó Tousseau. Volvió a preguntar: Esperas una señal del cielo?. No, fue la respuesta. Insistió: estás en comunicación con el Creador? Nuevamente obtuvo una respuesta negativa por lo que inquirió: Podría yo conocer que es lo que buscas en las alturas cuando lo que necesitamos es un esfuerzo superficial que nos ayude a salir del atolladero? El Santo le espetó: Hombre de poca fe!!! Busco en los cielos al gorrión albino, pues cada una de sus blancas plumas tiran más que una decena de boludos. Haced como yo, buscad al pájaro milagroso. A partir de ese momento todos permanecieron con la cabeza en alto hasta sufrir tortícolos y problemas cervicales. ¿Que nos enseña ésto? Pues que con el mismo énfasis que puso el Profeto en buscar al gorrión albino, debéis buscar al peronista honesto. Os dirán que no existe, que no lo veréis, que es uno en un millón, que es posible que pasen varias generaciones sin conocerlo, incluso les indicarán al peronista equivocado, al farsante. Pero nada de esto debe deteneros. No debeis sucumbir al canto de sirenas del Antiperonista, que con el dulce sonido de su corneta intentará confundir vuestro camino. Buscad al peronista honesto, buscadlo y hacedlo vuestro líder. Él gobernará con sabiduría, traerá paz a su pueblo y nunca, nunca reclamará para sí el 25% en concepto de cometa del costo de la obra pública. Así sea. Enrique Buracco
09/11/2011 
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